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11:22 a.m. - 2004-04-16 Lo que no entiendo es como la gente entristece por quimeras e ilusarias pretensiones de no s� qu�. Est� bien que queramos ser felices pero a estas alturas ya deber�amos saber que �sta no es ni permanente ni como creemos que es. Persiguir un sue�o vendido s�lo llevar� a tener emociones compradas con tarjeta de d�bito o con cupones. La felicidad no se desea ni se compra. Se construye. As�, en vagas y no te�ricas palabras. Pero puedo argumentar para convercerte... para convercerme. Tal vez apagando la televisi�n, cerrando la imagen. Maldecir no cura heridas ni arranca problemas de ra�z. S�lo confirma el problema. Dejar a un lado la silla y el monitor y abrir las ventanas. Hablar de nuevo de rostros y caras detalladas. Mirar al otro nuevamente. Hablar m�s en plural que en singular. No naciste por ti mismo. La raz�n y no los sentimientos. Los sentimientos son siempre hojas de palmera entre un hurac�n. La raz�n viene y devuelve el delineado caos del hurac�n a la inmensidad jam�s escrita del oc�ano. Por cierto, las vacaciones fueron un tanto revolcadas. Entonces, aqu� estoy listo para retirarme. ![]()
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