10:00 p.m. - 2006-08-30
S�lo como la una
Mi peque�a Am�lie, no tienes huesos de vidrio. Puedes soportar los golpes de la vida. Pero si dejas pasar esta oportunidad, eventualmente, tu coraz�n llegar� a ser tan seco y fr�gil como mi esqueleto.
Am�lie
Sola como la una. Y se queda pensando si el sem�foro s�lo marca alto cuando est� rojo. Se queda pensando. Pasan dos, tres coches, una bicicleta, un par de patines.
Se queda pensando. No es cierto que cuando morimos vemos pasar toda nuestra vida, desde la infancia hasta el momento de la muerte. No es cierto. Cuando morimos, es lo que hacemos y no hay tiempo para m�s. No. Cuando vemos pasar la vida es cuando estamos vivos. Como ella, mientras piensa ah� sentada, cuando est� sola como la una.
Julio se lamenta haber nacido en estos tiempos. Cuando las mujeres salen con mujeres, cuando los hombres besan a los hombres, cuando los hombres quieren ser mujeres... para seguir besando a las mujeres. C�mo es posible que ese wey ande con esa vieja tan buena. Y Julio se lamenta. Porque en verdad no es eso lo que le preocupa. Desea tanto, que se olvida echarse andar. Se queda deseando.
Cuando el reloj no marca ya otros caminos y la cuerda se corta, se acostumbran los horarios. S�lo como la una, dicen, estando tan cerca del dos.
