8:07 p.m. - 2008-08-21
Embriaguez de lo m�nimo
Lo que queda es tu olor en mi almohada como tatuaje temporal de mis sue�os Lo que queda es tu rostro como huella asaltada por mis manos, recorrido suave en el jard�n de la noche Lo que queda es tu retrato sobre una vela infame, finita, ra�da por su consumaci�n de vanguardia Lo que quedan son tus cicatrices que beso en cascadas, a tientas de ceguera y gruta Lo que doy es un amparo al taller de tus tristezas a las ramas que anclan al cielo su saliva y llora la savia declarada en los Derechos Humanos como una exquisita belleza para los inculpados sin culpa Lo que queda siempre es la libertad para hacer las cosas o no Para deshacerlas Para mantenerlas Para tomarlas de la mano Para admitirlas imperfectas Entonces, las cosas, se arrastran por las nubes de nuestro cuerpo inm�vil que espera, que late, que late, que espera no quemarse en el sol cada vez que lo toca -�c�mo quema!- �Qu� queda en las manos? La turbia raz�n humana, tan podrida que reverdece Lo que queda es entonaci�n de la digesti�n de las olas que rompen en la cama Somos los ni�os que rezan su oraci�n nocturna, su esperanza callejera, somos los ni�os que quedan abriendo los cajones de la desproporci�n entre la salvaci�n por beso o la destrucci�n por vac�o total Por eso amo lo que queda, lo que a�n no para, seguir amando o seguir persiguiendo en una inobjetable embriaguez de lo m�nimo De lo esencial.
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