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12:51 p.m. - 2005-12-26 Recurriré cuando sea necesario a las respuestas otorgadas por la religión en la que fui educado. Sí creo que el ser humano tiene una condición, que no es únicamente sincrónica o histórica. Y no creo que la racionalidad positivista ofreca todas las respuestas. Es un poco de ambas cosas más uno mismo. No puedo quedarme conforme con los pocos libros filosóficos, literarios, teológicos, sociológicos que he leído. Hay más por leer y vivir. Proyectamos de uno u otro modo el mundo inmediato que nos rodea. Aprendemos más de nuestros padres y hermanos, amigos -al parecer todavía- que de google. Los libros, revistas, la escuela, las aulas, son espacios y sujetos de los cuales aprehendemos conocimiento para ser transfigurado en sabiduría en la vida cotidiana. Debo afinar la terminología pero más o menos eso es lo que propone la educación en ciertos contextos. Porque también se nos proyecta a fines meramente industriales que sustentan un ambiente jerárquico materialista. Día a día somos víctimas de los gérmenes emotivos. Pero después de cierto tiempo sabemos cuáles sí y cuáles no hacen de nosotros seres mejores. Mejores en un sentidod de plenitud inmanente y espiritual. Las hazañas personales en el historial de nuestra vida tienen paralelismos con las emociones evocadas. Ante nosotros se muestran posibilidades simultáneas que no surgen desde nuestro ser, sino como ya dije ante nosotros. La razón se modifica en menor medida que las emociones, apelar al sentido común -que a su vez es histórico- pero las emociones también contienen una carga de conocimiento, potencialmente transformable en sabiduría. Y aún así, quedan muchos misterios. Â Â ![]() |