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10:49 p.m. - 2006-02-07 Si quisieramos repetir lo que los primitivos ensayistas epistolares, los usos del tiempo moderno simplemente nos dar�an un zape por insolentes. �Pero yo no quer�a sonar serio en esta entrada! Es que el d�a de hoy fue muy bueno. Amanec� de buenas, con el pie derecho pues. Tambi�n creo que fue mi primer d�a de clases m�s relajado y lleno de algo que hace mucho no sent�a. A pesar de todo. Cada pl�tica y charla del d�a de hoy me gust�. Con mis pap�s, con mis compa�eros, con mis amigos, conmigo mismo. Hace unos d�as platicaba con Miriam y le dije hab�a estado sintiendo y me dijo que quiz� ya hab�a encontrado cierta paz interior. Definitivamente no es un signo de conformidad, sino un estado de mayor compromiso, quiero hacer. No puedo mirar mi facultad y su gente como lo hac�a cuando ingres� en ella. No soy el mismo, ni la carrera es la misma. Adem�s, con una analog�a puede que lo explique mejor, despu�s de unas cuantas entradas desafortunadas o menos vibrantes, surge una que redime y reune todas las anteriores. Para ser sinceros este escrito no resume ni hace sentir en nada mi sentimiento hacia este d�a y que no desaparece todav�a. Tendr�a que hacerlo poes�a, internarlo en otro mundo que hable de este mismo. Como en la cotidianidad de los d�as y sus minutos. Los hacemos trascendentes en nuestras vidas cuando las comedias quieren tragedia. Pero ahora estoy cansado para decir tal cosa, como cuando un ni�o despu� de haber corrido todo el santo d�a, con las manos sucias, las rodillas mugrosas y los cabellos alborotados, cae rendido en los brazos de sus padres.
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