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1:01 a.m. - 2009-10-19
El d�a se acerca, la nota presente
S�, seguramente justo como hoy. Me sentar� -mas no ante esta pantalla- y escribir� por partes desiguales, en fragmentos amorfos, mis cavilaciones intestinales. Con esto quiero decir, que en un futuro pr�ximo, se�oras y se�ores, cuando por fin cierre este ciclo de escribir para m� -y para los dem�s- me comprometer� finalmente, en escribir para otros m�s, escribir desde otra trinchera, desde una situaci�n menos c�moda, menos est�ril. Amo este diario, sin �l no hubiera descubierto tacho esa palabra, quiero decir, desarrollado mi personalidad verdadera. Mucha gente es a trav�s de Internet de un modo distinto a su forma de ser en la vida real, lo ven como una parte de s� mismos, como una parte muy lejana para ser personificada en la realidad. Desde un principio, mi meta fue verme, escucharme, pero al mismo tiempo ladeando el espejo hacia otros reflejos, invit�ndome a ser yo en otras comunidades. Y el d�a se acerca, y el molde tiembla. Un credo de John Masefield Yo sostengo que cuando una persona muere su alma vuelve de nuevo a la Tierra; vestida con un nuevo disfraz de carne, otra madre le da a luz. Con miembros robustos y un cerebro m�s listo la vieja alma toma el camino de nuevo. Tal es mi convicci�n y creencia; esta mano, esta mano que sostiene el l�piz, ha sido cientos de veces polvo y se hizo, como el polvo, polvo otra vez; estos ojos han parpadeado y se han mostrado en Tebas, en Troya, en Babilonia. Todo lo que con raz�n piense o haga, o invente, o eche a perder, o bendiga, o dinamite, ser� una maldici�n o bendici�n justamente debido a la pereza o al esfuerzo en el pasado. Mi vida es una declaraci�n de la suma de de vicios satisfechos, o vencidos. S� que en mis futuras vidas mi apenado coraz�n sufrir� y se quemar�, Y adorada, en vano, la mujer a quien sol�a despreciar y negar para ver a otra m�s, tenga el amor que rechac�, el amor que ella dio. Y yo sabr�, en c�lericas palabras, en burlas, y bromas, y muchas l�grimas una bandada de colibr�es, las burlas y desprecios que pronunci� aqu�. La valiente palabra que no me atrev� a decir me marcar� cruel en la mejilla. Y como ando en los caminos ser� ayudado y sanado y bendecido; Voces dulces me alegrar�n y ser�n como aguijones para impulsarme a las alturas antes insospechadas. Mi camino ser� el camino que realice; todo lo que d�, ser� devuelto. As� que voy a luchar, voy a pisar fuerte, en esta larga guerra bajo las estrellas; As� una gloria corone mi cabeza, As� yo me desmaye y muestre las cicatrices, hasta que, este torpe molde, sea fundido por completo, en oro real.
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