![]() |
1:25 a.m. - 2006-08-03 Primero pens� que aquello se trataba de una descarada congregaci�n de zoof�licos unidos por las alas o algo as�. Aunque, para mi sorpresa y alivio, el origen y centro de su charla era algo retorcidamente distinto. Estas personas dec�an poseer revelaciones hechas por las mismas aves. Los ruise�ores, palomas, golondrinas o dem�s p�jaros urbanos volaban juntos a ellos por algunos segundos y despu�s desaparec�an. La experiencia que escuch� por parte de Katy, la secretaria, 27 a�os, soltera, fue que una ma�ana mientras sal�a a tirar la basura, un canario pos� ante ella sobre el bote de basura y tan r�pido como lleg� se fue. Varia y diversas eran las historias contadas aquella ma�ana, todas relacionadas con estos misteriosos e indescifrables encuentros con las aves. �Qu� cosa m�s rara puede existir y aparentemente metaf�sica que un p�jaro te revele algo? Bueno... Eso cre�a yo hasta que esta ma�aba un colibr� se detuvo literalmente en el aire ante mi total asombro, por �10 segundos? �Qu� hace un colibr� en esta ciudad tan contaminada? �Mi patio ni si quiera tiene plantas! Despu�s de vivir este inesperado evento pens� que pod�a asistir al grupo para contar esta asombrosa experiencia. Pero d�as despu�s pas� algo funesto. El mismo colibr�, reconoc� su color y tama�o, se suspendi� ante m�. Sin pensarlo acerqu� r�pidamente mis dos manos y lo atrap�. Justo en ese instante, toda la energ�a de sus alas se apag� de repente, fulminadas por la tibia cavidad de mis manos. No tuve ning�n encuentro despu�s con otros colibr�es o p�jaro alguno. Ni si quiera un cuervo o zopilote. Mi depresi�n fue tan grande que ahora coordino un grupo que se junta todos los domingos primeros de mes en el mismo parque. Mapaches es el nombre del club que espera m�s asistentes.
![]() |