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10:00 a.m. - 2006-02-16 �C�mo chingados alguien hab�a hecho esto antes que yo? �No que nadie lee y a nadie le importa? Pero que cabr�n la verdad, no s� ni c�mo comenzar a contarte lo que yo pensaba la idea m�s original que cualquier escritor pudo haber imaginado en la historia de la Literatura y su distribuci�n. A ver. Antes a los poetas griegos les pagaban con una fiesta, con comida, dando techo y hasta cada uno era cotizado por varios benefactores. O sea que antes, yo creo que hasta como el siglo XIX todas las obras que escrib�an los escritores todos lo le�an. Pero a m� me toc� nacer en el siglo XX en un pa�s donde nadie chingados lee y a los que leen son los consagrados, los maestros de la pluma, puro ojete que es hospedado en hoteles de cach� cuando hay ferias de libros. Estudio la carrera de letras en la Unvirsidad de Tengatl�n, pero casi nunca voy a clases, �pa qu�? Uno nace escritor o no, entonces para qu� fregados aprendo las po�ticas y sem�nticas y no s� qu� cosas que nom�s echan a perder el arte que trae uno. No, yo quiero el pinche t�tulo nom�s para poder largarme a Europa y ah� s� ser reconocido por lo que soy: un poeta ching�n. Pero bueno, mientras sigo por estos lares se me ocurri� la puta idea m�s fregona para que todos estos pendejetes se educaran sintiendo la literatura de a deveras y no esas pinches revistas fresas que tiene mi hermana o las chambeadoras que se lee mi t�o. Lo que me jode es que otro cabr�n ya ten�a tiempo haci�ndolo. �Huevos! A ver, estaba el otro d�a componi�ndole un poema a la torta de tamal, esa comida que nuestros inditos de M�xico nos heredaron, as� empezaba: �Oh tamal, tamal, Y entonces vi a un g�ey que se sube al cami�n con una guitarra: �cu�ntos cabrones no cantan y hasta sacan buen varo nom�s por cantar? Pos yo iba a recitar mis poemas en los camiones y luego luego al cami�n que pas� despu�s me sub� con el poema a los tamales. �Pero no mames! Otro cabr�n ya estaba leyendo un pinche cuento de no s� qui�n, entonces no supe qu� hacer, el pinche chofer se me qued� viendo con cara de "�Me vas a pagar cabr�n o te bajo a putazos ahorita?" entonces pa no pagarle porque aparte ni lana tra�a que me pongo a leer y el cabr�n del cuento se me queda viendo. Fueron como 5 segundos de silencio y los pinches viejitos que estaban adelante nos vieron con cara de "Ya se van a destrompar estos ro-rros" pero ni madres, a parte ese cabr�n era como m�s grande que yo, entonces yo nom�s segu� leyendo y ese wey tambi�n, era como estar viendo el mismo partido de f�tbol pero con los de televisa y tv azteca. No mames los viejitos de adelante fueron los primeros en pegarnos, entonces les dije �rale pinches rucos es pa que se eduquen, pero despu�s una do�a que traiga como 5 kilos de calabazas nos empez� a joder y no nosotros nom�s no par�bamos de leer. El pinche shofer al final nos baj� a patadas y yo y el otro wey nom�s nos quedamos cag�ndonos de la risa. Yo le d� mi poema del tamal pero �l no me dio su puto cuento, le di un sopapo y me fui corriendo. Me ca� que no me vuelvo a preocupar en difundir la literatura universal a esta bola de incultos. De rato compa.
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