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6:22 p.m. - 2003-07-25 El señor de las moscas. Leí el libro y después vi la película. Pero no me siento con el ánimo de escribir, ni de caminar, ni si quiera de estar en una habitación o espacio de verdes estructuras. No. Lo que quiero es algo que el silencio entre el DO RE MI FA SOL LA SI me ofrece, lo que quiero es lo mejor para los demás, para la gente honesta y digna. Los demás quieren cosas que sólo su imaginación los ofrece, patrocinada por un refresco de Cola y vestida en una plaza grande. Lo que quiero es divagar porque divagando me pierdo y no encuentro, no encuentro lo que no estoy buscando, sólo encuentro flashes, luces intermitentes, cosas, cosillas de mi cabeza, patrocinada por mi. Porque yo escojo las ideas y deseos refluctuosos que habitan en mi cabeza ¿no?, pues deseo estar en una habitación oscura iluminada por estrellas artificales en el techo, patrocinada por... mmm... el hada o musa del amanecer, escuchando fotos que viven en estrofas en una isla cerca de la luna... Porque pienso palabras. Porque vivo en la música, por momentos. Porque yo elijo el discuro, y la melodía me elige a mí, entre palmeras de latón y hombres de ojala que lloran porque las sirenas cobran peaje. Y todos se pusieron nerviosos frente a las cámaras. 3... 2... 1... Al aire. Â Â ![]() |