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1:48 p.m. - 2006-04-15
Eleg�a a un recuerdo
Escarba la memoria cuando en su ayer, no hay postigo alguno que dilate nuestras tres o siete maravillas del mundo: ruinas m�as, los cirios amenazan con despertar a la noche. Derrumban los murci�lagos del azar escueta ligereza, salteadores ins�litos de globos de agua. Cierran las puertas a todo peregrino que esconde consigo algodones y viejas reglas de infantil escaramuza. Hura�os e inquietos, alimentan sus cr�as con nuestros amados recuerdos. Honores y besos, decoros, encuentros; jilgueros cabalgan, espera el mortero. No hay tiempo mi vida, quiebra la aurora las f�bulas delfines; no hay atajo que costee a�n las piezas del olvido, los cuartos de invierno, las horas del hast�o, los consuelos de tu abrigo. Perdida la presencia de no s� qu� deleite antiguo, un puente espera mi vista, inclinada y cansada de tanta reverencia a la nada. Cierro los ojos, cicl�n de sienes, donde no hay ma�ana.
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