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11:39 a.m. - 2004-11-17 Es por eso que he dejado en mi perfil, nada m�s dos autores, dos autores a los que he tenido la oportunidad de apropiar, si esa es la palabra. Uno medio conoce la verdad de cada poes�a, sabemos que existe pero no podemos decir q�e, c�mo, en d�nde, por qu�, o cu�l. Ayer me di cuenta de algo muy importante en clase de Literatura Comparada, mientras se expon�a a Virginia Woolf. El rasgo de parcialidad no aplica s�lamente a la entidad temporal/espacial del texto sino tambi�n a la posible "cat�rsis" que se convierte en elemento parcial pasivo y activo. Uno no cambia de la noche a la ma�ana por una melod�a, un poema, o cualquier tipo de poes�a. Nada m�s una parte de uno. Por eso no podemos decir somos esto, somos aquello. Cada uno de nuestros yoes est� siendo, no nada m�s el m�s conciente de todo. Es como un reloj suizo que a pesar de toda su complicada ingenier�a mec�nica, funciona. Pero yo no quiero funcionar... yo quiero otra cosa apartada de las m�quinas. Por eso el sentimiento de insatisfacci�n despu�s de cada entrada, ensayo, pl�tica mayor de dos horas. Pero es bello tambi�n, porque llegar a un mutuo acuerdo nos remitira en un futuro no muy lejano a borrar el establecido y crear uno nuevo y continuar para siempre. Pero esto ya es de cada quien, el que no quiera leer, el que no quiera hablar, el que no quiera escuchar, opinar, sentir, interpretar, elegir, deshacer, intervenir... cuando las pautas est�n ah� y no queremos, ya es responsabilidad de cada qui�n. Conclusi�n es el lugar donde llegaste cansado de pensar.
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