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2:49 p.m. - 2009-08-23 Pas� por el pasillo de la ropa: lencer�a, ligueros, bikinis, zapatos, disfraces... Algunas parec�an ser parte del guardaropa cotidiano de las amigas que no ten�a. Record� tambi�n cuando Eduardo la hab�a sorprendido en su rec�mara y le pregunt� si ella ten�a ropa sexy. Pero francamente, ella nunca hab�a comprado ese tipo de prendas. No es que nunca lo hubiera deseado, pero siempre sacaba un pretexto para no adquirir atuendos m�s provocativos. Y luego, �qu� pasar�a si en su casa la descubren con esos trapos que no tapan nada! Lleg� por fin a la secci�n de pel�culas. Se sab�a observada por el vendedor del local y por un cliente que fing�a hojear las revistas porno, un se�or de por lo menos cuarenta a�os y una pensi�n que pagar a su ex mujer. Al estar frente a ese amplio cat�logo de filias grabadas en video, su desconcierto aumento un poco. �En realidad qu� era lo que la excitaba? Al menos, hasta este punto de su vida, sab�a lo que no. Cuando Eduardo la obligaba a mirar pel�culas con mujeres toc�ndose o parejas cogiendo en lugares p�blicos, ella mejor pensaba en otra cosa. Su mente volaba a otro lado mientras su cuerpo era inercia pura junto a los movimientos de Eduardo. En esos momentos se sent�a muy lejos de lo inmediato. Busc� en la secci�n h�tero. Mir� la portada de algunos DVD y ley� otras tantas contraportadas. De repente, una chispa ahog� sus ojos. Record� por qu� estaba ah�. Decidida, camin� hacia la salida, mirando de reojo al hombre que ahora se dirig�a a las pel�culas que ella hab�a consultado pero con un paso seguro hacia la caja. Se par� de s�bito y vio los ojos intrigados del empleado quien no porfi� palabra alguna. Entonces, ella junt� sus manos como quien est� por comenzar una plegaria, abri� los labios y sentenci�: -�Tiene pel�culas donde las personas hagan el amor? Se volvi� a mezclar entre la gente. �sta es la quinta tienda en la semana. Se cubre con las manos la cabeza, comenzar� a llover, olvid� su paraguas en casa.
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