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6:23 p.m. - 2004-10-16 El ciego, el sordo, el mudo o los tres en la misma persona; el esp�ritu de la poes�a no es impropio en ustedes. La vida se le presenta al fr�o monta��s como sol, se le presenta al pescador como at�n, al hombre del desierto como agua de oasis. La vida se presentar� ante aquel que necesite de vida y no ante aquel ser humano que no necesite de ella, porque el agua, el sol o el pez como el at�n ser�n objetos sin causa ni origen. Es el que sufre la ausencia de vida, el que necesita de ella. Los s�ntomas se presentan, comienzan como breves espamos, tenues mareos, inestable balance cotidiano. Pero es hasta cuando uno enferma por completo, cuando sabe que existe la antonimia. Lo mismo sucede cuando ocurre lo contrario, cuando se vislumbra la felicidad del alma. La vida es multifac�tica y se muestra a cada quien en la forma adecuada y descifrable a su momento, invitandos a adentrarnos en ella. La pobreza y la guerra privan a los hombres y mujeres de esa b�squeda. Hasta todo un sujeto colectivo donde la tranquilidad yace aparentemente. La vida llama a la vida. El sentido continuo de esta viene despu�s, en lo concreto. La vida nos ha sido dada, pero no nos ha sido dada hecha.
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