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12:53 a.m. - 2011-11-10
De la cantidad de menesteres y pormenores que se pueden hacer en un d�a com�n de oto�o del a�o de nuestro Se�or
Ver una pel�cula por la ma�ana. Llevar a tu abuelo al banco a cobrar su pensi�n. Llevar a tus abuelos al homeopata para que les den una medicina para vigorizar su memoria. Volver a casa. Mandar invitaciones para un evento importante a tus amigos, por medio de facebook. Ba�arte. Comer. Trasladarte por el Perif�rico de la ciudad. Dar una clase privada de espa�ol. Volver a casa. Decidir cu�l ser� la actriz para una pel�cula que est�s haciendo, despu�s de ver los videos grabados del casting. Dar instrucciones a tu equipo de producci�n. Meter tu ropa sucia a la lavadora. Salir. Aprenderte la letra de una canci�n en ingl�s por la radio. Ir al otro lado de la ciudad. Preparar un programa de radio. Pregrabarlo mientras conversas por messenger con una vieja amiga en teleconferencia. Terminar el programa. Salir corriendo para llegar a tiempo a la presentaci�n de un libro que tus ex compa�eros de la carrera presentan en el FCE. Saludarlos de volada al termina la presentaci�n. Partir echo un cohete hacia otro punto lejano de la ciudad para preparar el evento del s�bado con el due�o del lugar. Cenar. Volver a casa. Leer un cap�tulo de la novela que tienes pendiente. Recordar que ten�as ropa en la lavadora, tenderla. Y por �ltimo, leer un poema que hab�as escuchado un d�a antes en la radio de la universidad y te hab�a echo sonre�r. Venir y publicarlo aqu�: La luna Por Jaime Sabines La luna se puede tomar a cucharadas o como una c�psula cada dos horas. Es buena como hipn�tico y sedante y tambi�n alivia a los que se han intoxicado de filosof�a Un pedazo de luna en el bolsillo es el mejor amuleto que la pata de conejo: sirve para encontrar a quien se ama, y para alejar a los m�dicos y las cl�nicas. Se puede dar de postre a los ni�os cuando no se han dormido, y unas gotas de luna en los ojos de los ancianos ayudan a bien morir Pon una hoja tierna de la luna debajo de tu almohada y mirar�s lo que quieras ver. Lleva siempre un frasquito del aire de la luna para cuando te ahogues, y dale la llave de la luna a los presos y a los desencantados. Para los condenados a muerte y para los condenados a vida no hay mejor estimulante que la luna en dosis precisas y controladas.
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