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10:51 p.m. - 2010-04-18
Pablo Neruda nos salv� la vida
Despu�s de esa disputa. De la garganta que no sab�a c�mo enmendar el sonido. De nuestras avergonzadas caras buscando la evasi�n de los ojos, mi mirada alcanz� tu libro. El libro que conten�a los poemas que ya antes te hab�a enviado ausente de voz, iba a poblar esta vez con mis ansias de resurrecci�n. Y Pablo Neruda nos salv� el alma aquella noche: Y PORQUE Amor combate no s�lo en su quemante agricultura, sino en la boca de hombres y mujeres, terminar� sali�ndole al camino a los que entre mi pecho y tu fragancia quieran interponer su planta oscura. De m� nada m�s malo te dir�n, amor mio, de lo que yo te dije. Yo viv� en las praderas antes de conocerte y no esper� el amor sino que estuve acechando y salt� sobre la rosa. Qu� m�s pueden decirte? No soy bueno ni malo sino un hombre, y agregar�n entonces el peligro de mi vida, que conoces y que con tu pasi�n has compartido. Y bien, este peligro es peligro de amor, de amor completo hacia toda la vida, hacia todas las vidas, y si este amor nos trae la muerte o las prisiones, yo estoy seguro que tus grandes ojos, como cuando los beso se cerrar�n entonces con orgullo, en doble orgullo, amor, con tu orgullo y el m�o. Pero hacia mis orejas vendr�n antes a socavar la torre del amor dulce y duro que nos liga, y me dir�n: -"Aquella que t� amas, no es mujer para ti, por qu� la quieres? Creo que podr�as hallar una m�s bella, m�s seria, m�s profunda, m�s otra, t� me entiendes, m�rala qu� ligera, y qu� cabeza tiene, y m�rala c�mo se viste y etc�tera y etc�tera." Y yo en estas l�neas digo: as� te quiero, amor, amor, as� te amo, as� corno te vistes y como se levanta tu cabellera y como tu boca se sonr�e, ligera como el agua del manantial sobre las piedras puras, as� te quiero, amada. Al pan yo no le pido que me ense�e sino que no me falte durante cada d�a de la vida. Yo no s� nada de la luz, de d�nde viene ni d�nde va, yo s�lo quiero que la luz alumbre, yo no pido a la noche explicaciones, yo la espero y me envuelve, y as� t�, pan y luz y sombra eres. Has venido a mi vida con lo que t� tra�as, hecha de luz y pan y sombra te esperaba, y as� te necesito, as� te amo, y a cuantos quieran escuchar ma�ana lo que no les dir�, que aqu� lo lean, y retrocedan hoy porque es temprano para estos argumentos. Ma�ana s�lo les daremos una hoja del �rbol de nuestro amor, una hoja que caer� sobre la tierra como si la hubieran hecho nuestros labios, como un beso que cae desde nuestras alturas invencibles para mostrar el fuego y la ternura de un amor verdadero.
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