11:08 p.m. - 2004-06-26
El d�a de la Independencia
Ese d�a no llega as� como as�, aunque varios ni�os de mi generaci�n, que ahora son adultos, la forjaron desde la infancia, por las buenas y tambi�n se consigui� por las malas. No fue f�cil. Es la expresi�n francesa les quatre cents coups.
Pero las probabilidades nos dicen que las estabilidad es como la de un violinista en un tejado. El fr�gil pacto establecido puede desaparecer por la ambici�n personal o no s� qu� cosa material o psicol�gica. El sentido com�n puede irse al carajo por la impresi�n de grandeza ya dicha, ya contada. Las tradiciones podr�an m�s que las nuevas acciones, las cuales exigen de total atenci�n, no como antes. Y si nos va bien en la jornada, quiz�s alcanzemos la madurez, pero yo ya no s� de la conciencia.
Y la afectividad es tambi�n muy importante, la que provoca confusi�n casi todo el tiempo. Pero algo escuch� sobre el amor incierto y el otro. Sin embargo, ya no s� si dudar tambi�n de es, dudar de lo que siento, he sentido o sentir�, �es la raz�n la que conduce a la armon�a? �es esto Alphaville?
Y luego esta la informaci�n incompleta, manipulada... �Siguen siendo los mismos intereses particulares milenarios los que oprimen la mundo?
Para que irme tan lejos, al mundo, ese lugar tan nombrado, no. El d�a de la independencia est� aqu�. Entre ni�os y �rboles, entre adultos a�orando infancia, entre varias parejas, en los espasmos de realidad que de cuando en cuando nos pegan. El d�a de Independencia no creo que llegue por correo, por email, por ego, por alguno de los yoes, no. Pero de alguna manera: en los otros.
