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10:44 p.m. - 2003-09-08 Pasaron varios días y la lista continuaba, hasta que llegó el séptimo día y la enunciación de listas terminó. Todos regresaron a sus casas, alegres porque las respuestas finalmente habían llegado a ellos, sólo aquel hombre que se había rehuzado a asistir a un evento tan "detestable" buscaba en sus manos y en su mente cosas que no necesariamente eran respuestas. La gente con las respuestas vivía con la vida resuelta. Aquel hombre murió solo en una habitación que él mismo construyó. Las personas que primero lo encontraron sólo pudieron ver el esbozo de una sonrisa en su rostro... ...y al final del cuarto se entreveía un tocadisco viejo que reproducía sonidos extraños, melodías que ninguno de los presentes habían oído o por lo menos nombrar. Y dejaron ahí el cuerpo, y caminaban en el barro, cargando el tocadiscos. Â Â ![]() |