6:29 a.m. - 2004-09-05
Era un jueves tal vez...
Vacaciones de verano, salgo del Proulex como normalmente lo hago todos los d�as. La ruta a tomar es el primer autob�s que transite sobre Av. Alcalde y contin�e su trayecto a trav�s de Av. Prolongaci�n Alcalde, para as� llegar a Fidel Vel�zquez, como todos los d�as entre semana. Ese d�a creo que tom� la ruta n�mero 54, era un jueves tal vez.
Alto. Abrir la puerta, subir y pagar. El autob�s estuvo semivac�o en todo el trayecto de la parada del cami�n a Fidel Vel�zquez. Ella se encontraba en uno de los asientos dobles de mi lado izquierdo, casi al final del autob�s. La mir� por unos momentos y cre� estar seguro que era Ella. Me sent� en uno de los asientos individuales que en ese momento se encontraba a mi lado derecho, a la mitad del cami�n.
Cuando la mir� la primera vez, ella tambi�n me mir�, pero mir� como cuando se ve a una persona por primera vez, y sostuvo un momento la mirada conmigo. La mirada rancia me llev� a�os atr�s. �Ella no sab�a qui�n era yo? No, no la primera mirada. Se ve�a tan hermosa, cargando en sus brazos carpetas amarillas. No usaba el mismo estilo de vestir que a�os atr�s s� utilizaba. Bueno, todos hemos cambiado, yo tambi�n no uso la misma ropa que en los segundos d�as, los primeros de la adolescencia. Tambi�n yo era diferente, por eso no me reconoci�, al menos en la primera vista.
Una vez sentado, con movimientos bruscos y obvios torn� mi vista hacia ella, hacia atr�s. Ella ya hab�a inferido ese movimiento, segundos antes, hasta creo que se lo esperaba. Nos miramos fugazmente por segunda vez. Empero, todav�a no se percataba de qui�n era yo. Al menos eso pens�.
Algo (alguien) hab�a cambiado, eramos nosotros; ella en ese momento y yo ahora, aqu�. El mismo sentimiento de angustia al no saber si esa mirada misteriosa sigificaba simpat�a u otra cosa que nunca sabr� (�por qu� no quise?, tal vez, tal vez por cobard�a, inexperiencia, juventud).
La tercera vez que nos miramos fue cuando descubr�, ahora por completo, que ella me hab�a descubierto tambi�n, a m�, al yo nuevo para ella. Al que no era yo, mi anterior yo. O yoes, pero eso no importa ahorita. Lo que importa es... que lo que esper� por largo tiempo, a�n cuando cursaba el �ltimo a�o de preparatoria, estaba frente a m�, pero yo ya no ten�a las ganas de hacerlo, de revivirlo. Estaba cansado, y la madurez que los a�os se encargan de ver pasar, hicieron efecto sobre m�. Fue una nueva primera vista, ante una nueva persona, que ya no era ella.
Cuando baj�, ella, en Circunvalaci�n y Av. Prolongaci�n Alcalde, lo �nico que hice fue verla partir, desde el asiento (ahora a mi iziquiera) del cami�n, una vez m�s. Sosteniendo esas cosas que parec�an sobres amarillos y una bolsa de mano transparente. Se ve�a hermosa, exactamente igual que antes. Igual que los d�as en los que nunca le dije lo hermosa, lo hermosa y sublime, lo hermosa e ideal que se ve�a.
Y doy gracias por ese d�a, en que un recuerdo a�ejado pas� a ser un presente resuelto, ahora en el pasado. Pero lo que quiz�s a�ore en el futuro, ser� el no haberle dicho, lo hermosa, lo hermosa que se ve�a.
