11:58 a.m. - 2003-12-08
de la infancia, 1
Pensamientos que no encuentran cabida en los di�logos protocolarios de la vida cotidiana, quiz�s en un poema, pero despu�s.
Existen en nosotros varias memorias. El cuerpo y el esp�ritu tienen cada uno la suya.
-Honor� de Balzac
El recuerdo m�s lejano en mi memoria es quiz�s el de mi madre abraz�ndome como si fuera un beb�, lo era, en Michoac�n mientras fuegos artificiales desgarraban el cielo y yo lloraba.
Pero no quiero dar vueltas en el asunto y dar una estruendosa presentaci�n para el recuerdo que actualmente concentra mi atenci�n hacia mi cada vez m�s lejana infancia.
Mi abuelita (mami -que as� le digo) trabaj� hasta hace 6, 7 a�os como una persona que hac�a el aseo en oficinas de orden generalmente jur�dico, aunque tambi�n trabaj� en una peque�a oficina para la empresa Bayern, para el rumbo del ferrocarril, en Gudalajara. En fin, ese era su trabajo. Desde ante de que yo naciera ella ya trabajaba ah�, y de vez en cuando, antes de que yo naciera, llevaba a su primer nieto para que le "ayudara" o la acompa�ara, y as� llev� a Ricardo, Bruno, Carolina, entre otros primos. Cabe se�alar que esta abuelita es la mam� de mi mam�. Entonces cuando yo ten�a alrededor de 5, 6 a�os, tambi�n fui muchas, much�simas veces a ayudarle, la verdad yo recuerdo que lo �nico que yo hac�a era trapear y rehar las plantas con la manguera, me encantaba regar las plantas y flores con la manguera.
Tom�bamos el trolebus 500 y baj�bamos en Vallarta a la altura de Chapultepec, m�s o menos, cuando �bamos a esas oficinas. Yo s�lo iba en d�as festivos, cuando no hab�a clases, me gustaba ir porque mi abuelita siempre me llevaba a donde yo quisiera ir a comer. �Showbiz pizza? �Claro! Es m�s, en este momento recuerdo el sabor de la pizza, que mi pap� nunca le gust� 8adem�s por lo que representaba ese lugar), pero yo ten�a a mi abuelita que me llevaba cada vez que yo quer�a. Eran los a�os ochenta. McDonald's, Kentuky FC, y todos esos restaurantes de comida r�pida eran nuevos y para un ni�o eran lugares para conocer, aunque a McDonald's s�lo fui 2, 3 veces (en mi vida). En fin, era muy consentido por mami.
Recuerdo esas calles llenas de �rboles, plantas verdes, sombras y silencio, mucha tranquilidad, eran zonas especialmente para oficinas, no hab�a ni�os jugando en las calles. A la primera oficina que �bamos era la Ferro, mi abuelita siempre la llamaba as�, no recuerdo por qu�. Bueno ah�, en ese lugar, que contaba con las primeras escaleras oculatas m�s t�tricas que haya visto en mi vida, ah� donde recuerdo tom� seven-up para aliviar un dolor estomacal y a la vuelta de la esquina vend�an pizzas, ah� donde al final del primer piso hab�a un escueto jard�n pero vivo. Ah� conoc� al primer amor de mi vida.
Dicen que en la infancia los ni�os adoptan objetos, formas, figuras, complejos, y que estos se quedan para toda su vida. Yo no s�, pero lo s� bien. Recuerdo que se llamaba Patricia y era secretaria. Sin embargo no lo recuerdo muy bien. Yo era s�lo un ni�o, un ni�o t�mido y "ranchero" como muchas veces me dijeron. Las formas, figuras, colores y matices devieron resaltar mucho en ella para que yo callara a�n m�s, para que me pusiera detr�s de mi abuelita, para que silenciosamente yo la apreciara. Cada vez su cara es m�s y m�s distante. Rubia, ojos verdes, delgada y con una hermosa sonrisa, pero su voz pod�a perder a las sirenas, sin embargo son las palabras de ni�o que la describen, fotograf�as mentales que no hablan el lenguaje. Era secretaria. El amor plat�nico de un ni�o, yo, era ella.
Sin embargo esto no es un recuerdo de alg�n tipo de parafilia sexual, sino el primer acercamiento de un ni�o con el amor. No s�. Es un recuerdo que tengo que clasificar en palabras de adulto, para despu�s archivarlo, empolvarlo y deshacerme de �l. No quiero. La �ltima vez que la vi, fue en el trolebus, estaba con su novio, supongo. Yo regresaba a casa, con mi abuela, con mami. Ella iba parada y nosotros sentados. La miraba con serios ojos, ella tambi�n me miraba. Ten�a una mirada nost�lgica, su novio, supongo, le hablaba como para animarla y ella re�a mec�nicamente, sin ganas, no son su sonrisa. Cuando yo miraba a �l y �l me ve�a, r�pidamente bajaba mi mirada, pero nuevamente buscaba la de ella, buscaba sus ojos para perderme. Y ella me miraba, no me sonre�a como cuando los adultos tratan de ser simp�ticos con los ni�os y terminan siendo otra cosa, no, me miraba diferente.
Tiempo despu�s, la oficina se hab�a mudado, ella tambi�n. La oficina qued� vac�a, y cada vez que pasaba por ah� y la ve�a, la ve�a como esperando. No s� qu�.
El anhelar agita nuestras almas, y �ay de aquel a quien retiene del miedo de la muerte! Pero si nos alienta un impulso divino y la peque�a raz�n naufraga, sobreviene en nuestra existencia un instante decisivo. Y de �l saldremos a la muerte o a una nueva vida, �p�sele al Destino, nuestro ce�udo pr�ncipe!
Pero la infancia no se reduce a eso, para un ni�o en un d�a (en una hora) sucede lo que en una semana (un mes) para un adulto y buscamos esos instantes divinos al menudeo o yo no s�. Mi infancia es una memoria, un recuerdo publicado tempranamente.
Somos nuestra memoria, somos ese quim�rico museo de formas inconstantes, ese mont�n de espejos rotos.
Jorge Luis Borges
Ahora busco una cita c�lebre para terminar este cap�tulo, sin embargo la originalidad de la infancia de cada quien es a veces ajena a las palabras, aunque tal vez un libro de Freud ofresca respuestas...
No te asustes de decirme la verdad
eso nunca puede estar as� tan mal
yo tambi�n tengo secretos para darte
y que sepas que ya no me sirven m�s.
-Julieta Venegas
Los ni�os adivinan qu� personas los aman. Es un don natural que con el tiempo se pierde.
Paul de Kock
