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11:02 a.m. - 2014-01-24
Paz para los crep�sculos que vienen
PAZ para los crep�sculos que vienen, paz para el puente, paz para el vino, paz para las letras que me buscan y que en mi sangre suben enredando el viejo canto con tierra y amores, paz para la ciudad en la ma�ana cuando despierta el pan, paz para el r�o Mississippi, r�o de las ra�ces: paz para la camisa de mi hermano, paz en el libro como un sello de aire, paz para el gran kolj�s de K�ev, paz para las cenizas de estos muertos y de estos otros muertos, paz para el hierro negro de Brooklyn, paz para el cartero de casa en casa como el dia, paz para el core�grafo que grita con un embudo a las enredaderas, paz para mi mano derecha, que s�lo quiere escribir Rosario: paz para el boliviano secreto como una piedra de esta�o, paz para que t� te cases, paz para todos los aserraderos de B�o B�o, paz para el coraz�n desgarrado de Espa�a guerrillera: paz para el peque�o Museo de Wyoming en donde lo m�s dulce es una almohada con un coraz�n bordado, paz para el panadero y sus amores y paz para la harina: paz para todo el trigo que debe nacer, para todo el amor que buscar� follaje, paz para todos los que viven: paz para todas las tierras y las aguas. Yo aqu� me despido, vuelvo a mi casa, en mis sue�os, vuelvo a la Patagonia en donde el viento golpea los establos y salpica hielo el Oc�ano. Soy nada m�s que un poeta: os amo a todos, ando errante por el mundo que amo: en mi patria encarcelan mineros y los soldados mandan a los jueces. Pero yo amo hasta las ra�ces de mi peque�o pa�s fr�o. Si tuviera que morir mil veces all� quiero morir: si tuviera que nacer mil veces all� quiero nacer, cerca de la araucaria salvaje, del vendaval del viento sur, de las campanas reci�n compradas. Que nadie piense en m�. Pensemos en toda la tierra, golpeando con amor en la mesa. No quiero que vuelva la sangre a empapar el pan, los frijoles, la m�sica: quiero que venga conmigo el minero, la ni�a, el abogado, el marinero, el fabricante de mu�ecas, que entremos al cine y salgamos a beber el vino m�s rojo. Yo no vengo a resolver nada. Yo vine aqu� para cantar y para que cantes conmigo. Pablo Neruda
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