12:37 p.m. - 2009-09-03
�nima
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�nima significa en lat�n alma; en la psicolog�a anal�tica de Carl Gustav Jung alude a �las im�genes arquet�picas de lo eterno femenino en el inconsciente de un hombre, que forman un v�nculo entre la consciencia del yo y el inconsciente colectivo, abriendo potencialmente una v�a hacia el s�-mismo�.[1]
Definici�n. Vinculado a su principio eros, refleja la naturaleza de sus relaciones, especialmente con mujeres. Descrito como el arquetipo de la vida, �ste puede estar representado como una mujer joven, espont�nea, seductora e intuitiva, como una mujer malvada o como la madre tierra. Usualmente se le asocia con una emocionalidad profunda y con la fuerza de la vida misma. Frecuentemente los problemas relacionales son producto de la identificaci�n inconsciente con el �nima o de la proyecci�n del �nima en la pareja, lo que genera un sentimiento de desilusi�n respecto de la persona real. Las figuras �nima no son representaciones de mujeres concretas, sino fantas�as revestidas de necesidades y experiencias de naturaleza emocional. Algunas figuras �nima caracter�sticas son las diosas, mujeres famosas, figuras maternas, doncellas, prostitutas, hechiceras y criaturas femeninas (por ejemplo, la sirena).
El �nima s�lo se aplica en t�rminos jungianos al imaginario masculino, mientras que en la psique femenina, el aspecto masculino presente en lo inconsciente colectivo de las mujeres toma la denominaci�n de �nimus. El mecanismo de atracci�n del �nima explica tambi�n el papel de las musas en la poes�a. El propio Jung, en una entrevista, declar�:
Cuando alguien dice no puedo dejar a esa mujer aunque lo querr�a hacer, eso es el �nima.
En cierta manera, el �nima representa una imagen viva del alma y los contenidos espirituales de la persona, por lo cual se siente enteramente dependiente de ella. Eso tiene tambi�n consecuencias a la hora de suscitar pasiones irreprimibles y fatales, tal como explica Robert Graves quien presenta la antigua figura de la Diosa Blanca con las caracter�sticas de un �nima universal. John Keats escribir�a citado por Graves,
Todo lo que me recuerda a ella me atraviesa como una lanza.
La figura del �nima aparece muchas veces en la literatura, la pintura, la poes�a, bajo la imagen de una mujer blanca y desnuda. Por eso las im�genes de desnudos femeninos tienen, adem�s de contenidos directamente er�ticos o sexuales, una fuerte carga de sugerencia psicol�gica, al explicar contenidos inconscientes inasibles de otra manera.
Para Jung, la Persona hace de intermediario con el mundo social y el �nima con el mundo interior. Pero eso solo es v�lido para el var�n. La sicigia �nimus/�nima, o contrapartes sexuales inconscientes, est�n proyectadas. La tendencia natural en un hombre es la de proyectar los contenidos de su �nima en una mujer real, a trav�s de sentimientos amorosos u odiosos er�ticos.
Etapas de desarrollo. Jung establecer� tomando de la Antig�edad tard�a una escala er�tica de cuatro mujeres, serie repetida alusivamente en el Fausto de Goethe. Son cuatro grados de la imagen del �nima, del eros heterosexual, es decir, �cuatro grados de la cultura del eros�:
El primer grado, Haww�, Eva, Tierra, remite a lo biol�gico y meramente impulsivo, existiendo una identificaci�n de la mujer con la madre, y representando �lo que hay que fecundar�.
En el segundo grado, Helena (de Troya), se mantiene el predominio sexual de eros, pero se alcanza un nivel est�tico y rom�ntico que permite disponer de algunos valores individuales.
En el tercer grado, Mar�a, eros se espiritualiza, hallamos la maternidad espiritual que la diferencia de Eva.
Y finalmente, como cuarto grado estar�a Sof�a, la sapientia o sabidur�a, espiritualizando a Helena o manifestaci�n de eros como tal. Ser�a lo eterno-femenino.
